miércoles, 8 de junio de 2011

Quia Nominor-Quiromancia





La lluvia golpea casi lamentándose
contra los fatídicos cristales rotos.
Espero guarecido en mis zapatos
a que el día llegue con sus mil
colores
y
sorpresas.


Pasa ávida, casi imparcial, la gaviota
de tus labios
por el tibio recuerdo de las horas.


El disco rueda circularmente bajo el
digno
interrogatorio de la aguja.


Entra en (get in) desesperación la luz amarillenta 
de las velas
contra el peso
de las sucias
y
verdes paredes.


Gritan las gotas ante el corte desesperado
de los vidrios macilentos y desgarrados


como esperando una última reconciliación
con el vaho
en el que se deshace mi boca.


Deslizo, (cuidadoso), una mano ante la madera
de 
mi
espalda.


Por cierto, 
ahí estás esperando
encontrar eufemismos
enfermizos para envolverte.


¿Será acaso posible
no enamorarse de este predibujo de tu llegada en las hojas del cartero?
Sediento estar imparcial
del viento en las
botellas vacías (verdes y azules).


¿Eres acaso leviatán
alas de paloma?
¿Eres acaso 
una congruencia del color?

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