miércoles, 8 de junio de 2011

Dos puntos, a seguir

El espacio que ahora deshabita tu cuerpo
quedó en el extremo de la cama
donde nadie se atreve a sentarse
hay también un vaso, una botella, que tu mano empuñó
y otra cosas: una hoja marchita en la cerradura,
una puerta que quién abrirá, una historia apenas contada,
un cuarto cerrado con un hombre esperando dentro...


...el tiempo, que ni a sus hijos perdona,
mastica tu risa mientras la rutina
que te quita el miedo
se bebe de un trago el deseo.


Amerita fuertemente a Morfeo 
o las caricias de las Sílfides. 
Acurrucate en el limbo del lago.


Me dejo llevar de los Trenes de la memoria,
con todas sus pieles intercambiables.

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