martes, 13 de marzo de 2012

Dulce inquietud

De los suspiros algo nace que no es la pena
Dylan Thomas
Es un laberinto oscuro
el que surca mis manos, 
como callejuelas obtusas
o
árbol de ciudad.

Camino entrecortado por
la luz
y el edificio que oculta
el sol
nocturno con cerveza.

Cantan pájaros azules
en días amarillos
con horas floripondias
que no corresponden  muy bien

al paraíso perdido 
ni a la bibliothèque.

Se alzan enhiestas/
como mares/
iglesias mentirosas
que corrompen como los días al muerto.

Y mis manos aun no dilucidan
el aúreo ovillo.
No soy gato pra seguir 
mi olfato.

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