Quiero cortarle las venas
a la noche
para que salga el sol
y evitar este espeso desasosiego
que me deja tu partida
Haré crema con esta noche
cuajada de estrellas
y la la comeré con el recuerdo
de tu perilunea desnudez.
Dejaré que los cielos planetarios
se asomen en su estela
y los seguiré uno a uno
como a los lunares de tu corpórea faz.
Ahuyentaré los satélites que rodean
esta agua flotente del espacio
para que atracen el tic-tac
de la memoria.
Adoro, como a un dios pagano,
ese croquis geográfico
que dejas con tu cuerpo
sobre la orografía de mi cama.
Me he quedado ciego
a tu belleza.
Tu cuerpo se ha vuelto
mi braille.
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