Te invito hoy
mujer de Sol y aguas lejanas
a que dejemos bajo la lluvia
este crematorio que llevamos dentro
que viene agobiándonos
desde hace tanto.
Te invito a levantar
la mano para proteger el fuego
casi lacerante de la vela/
Te invito a confesarnos
todo eso que no hemos
hecho aún- que hicimos en otras rutas
a leer poesía barata
a quemar la biblia
a ahuyentar los moscos.
Y ya que se que siendo tu
tan tu,
doliéndote los días
los amaneceres nostálgicos
y el ruido de los carros,
te dejes invitar.
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