sábado, 2 de junio de 2012

El desierto o las palabras amputadas


No puedo decir noche, decir lágrima,echar al vuelo la paloma de su nombre en los tejados de París,repetir su murmullo de colmena,ser en sus dulces sílabas el viento y la campana, porque también estás ahí con tus mastines y tus águilas.                                                                                                                                                                          Julio Cortázar 

Noches han de venir por mi alma
será la oscuridad la concubina de mi sufrimiento
se cortará el fuego interno que me da vida
me incendiaré,
perderé la cordura
caeré en la profundidad del pozo alícico
sin retorno
todo será,
acaso,tierra de
tifones y amusical
todo vacuo y
relleno de necesidad de nada
ruta inalcanzable de mi desespero. 

Dame luz que llene de arena mis calles
cuerda que soporte el peso de mis penas
agua que bañe todos mis pecados
puertas que no vayan a ningun lado
sillas de roble macizo que soporten esta espera
de mi cuerpo por tu recuerdo- que ya no será-.

Desapareceme de ti y no seré.
Mil sueños para esta noche corta.

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